domingo, 26 de septiembre de 2010

Sinforosa, Martín y la Estrella.






Pasados unos cuantos km del desvío que conduce al Penyagolosa y a la vera de la rambla del río Montlleó, frontera natural entre Castellón y Teruel, se levanta el poblado de la Estrella.
Cuarenta y cinco casas, el ayuntamiento y la iglesia.
Habitantes: dos.


Sinforosa y Martín (Juan Martín) nos reciben amablemente esta tarde de domingo en el portal de su casa, una hospedería perteneciente al arzobispado.
Una morera blanca que señorea en la recogida y bonita plaza da sombra a todo aquel que se acerque a este apartado lugar.
Esta pintoresca placita acoge el ayuntamiento de 1739,  la iglesia de 1816, un murete de contención que se desliza hasta el río y dos hospederías de 1818.
Le añade el encanto a la plazuela el rincón donde tiende Sinforosa su ropa mojada,  la cuerda  desde la fachada de la iglesia hasta el muro y el correteo incesante de Estrella, una cazadora bretona de apenas dos meses.



Sinforosa tiene un precioso pelo blanco.
Aprendió a leer sola mientras cuidaba el rebaño.
"Aprendí con un libro antiguo, amarillo y viejo que pertenecía a mi madre"- me cuenta.
Me enseña con orgullo un cuadernillo donde anota sus cosas.

Tienen electricidad de motor y nevera que proveen cada 8 días. 

 Va vestida con  delantal, falda y una camiseta fucsia que le resalta su piel y su cabello: " Ya ve- me dice- es domingo y yo sin cambiarme".  


Ya ves , hoy domingo tarde y... ¡Cuánto ajetreo en la plaza con la veintena de gatos, Estrellita, Sinforosa,  Martín y una pareja de vecinos de Villafranca del Cid!

Leo: ...Leyenda negra, insólito paraje, silencio absoluto, poblado maldito, paisaje desolado y endiablado... 
En la pared lateral de la iglesia reza una inscripción: "Diluvio de La Estrella, 9 de octubre de 1883; 17 casas destruídas y 26 personas muertas".

En esta tarde de septiembre toda en gris percibo: reposo, amabilidad, invitación a compartir...donde el tiempo que conozco, ése que me ata, no cuenta.

La miro, me mira. Nos sonreímos las dos. ¿Cómo se llama eso?
Volveré.

Entre peñas se queda la Estrella con sus dos habitantes mientras nosotros volvemos a casa.


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jueves, 23 de septiembre de 2010

September





   SEPTEMBER                                           SEPTIEMBRE

Der Garten trauert,                                    El jardín está triste,
kühl sinkt in die Blumen der Regen.           la fría lluvia pesa sobre las flores.
Der Sommer schauert                                El verano tiembla
Still seinem Ende entgegen.                      dulcemente hacia su fin.

Golden tropft Blatt um Blatt Doradas,     Gota a gota, caen las hojas
nieder vom hohen Akazienbaum.         de lo alto de la acacia.
Sommer lächelt erstaunt und matt      El verano sonríe, sorprendido y cansado
in den sterbenden Gartentraum.         entre el sueño de los jardines que se mueren.

Lange noch bei den Rosen                           Largamente, entre las rosas
bleibt er stehen, sehnt sich nach Ruh.           se detiene todavía, desea el reposo.
Langsam tut er die (grossen)                       Lentamente cierra
müdgewordnen Augen zu.                           sus ya cansados ojos.  


Cuatro (2 de 4)




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martes, 21 de septiembre de 2010

Huerta

A escasos metros de mi portal estoy en plena huerta. Salgo a recorrerla a pie o en bicicleta.

"Cuando el verano exhala los últimos estertores engañosos de que, esta estación mágica, pudiera llevar implícita la condición de inagotable, disfruto, como siempre de los campos con mil variedades de verduras granadas que esperan pacientes la mano que las arrebate de la tierra, de los campos anegados a punto de recibir la primera plantación del otoño, el perfil casi mágico con la última luz de la tarde de los agricultores pulverizando los cultivos, los barbechos descansando , los olores a tierra húmeda recién movida por la azada del labrador, las casas de labranza diseminadas entre los huertos, el olor de un azahar tardío prendido, incomprensiblemente, de unos cuántos árboles que no sé qué pacto habrán establecido con la tierra, el clima y los vientos para mantener como un baluarte esa floración, el azahar, que por defecto, eclosiona y muere en abril y mayo; los dondiegos amarillos, rojos, naranjas, fucsias, blancos, matizados... los pájaros cantan y el agua corre alegremente por las acequias.

Escucho la música del agua a la vera del camino. El mar desde los puentes está hermoso, radiante, tranquilo y sereno, las montañas azules al fondo.
 El estío hoy lucha por no terminar.

 Reminiscencias de vuelo…eso siento entre las tierras de regadío, entre los pajarillos que pían la despedida del verano y los frutos madurando; entre olores de anís, jazmín y tierra mojada.

En plena madurez, como este final de verano, plena, serena, satisfecha, agradecida, dorada y espléndida….soy una mujer en dulce espera"


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miércoles, 15 de septiembre de 2010

No te detengas

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

Walt Whitman  (1819-1892)

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martes, 14 de septiembre de 2010

Nácar

Tras una noche,
amor sin amor, rumor de mar,
poblada de fantasmas sonrientes
y pintada en azul y blanco de luna,
me regalas tu ausencia cercana y tibia
como quién ofrece un vaso de agua
necesaria.

Tu “no amor”, construido de silencioso nácar,
anda vestido de organdí suave
y me acaricia.

P.A.




Gracias.


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lunes, 13 de septiembre de 2010

Afortunada

Saboreo los últimos días de estío desde la terraza.

El cabo de s. Antonio asoma al mar, quebrándose elegantemente sobre el acantilado.
Los veleros aran una estela blanca en las azules aguas de la bahía.
El tamarindo se mece bajo la ondulante brisa de poniente. 
Las suaves  colinas pobladas de olorosos pinos 
 y el mar, salpicado de minúsculas velas blancas, se desliza suavemente hacia el horizonte y lucha  una batalla con el azul del cielo para intensificarse.

Me vienen...

Los días cálidos de agosto.
La brisa apacible del mediodía.
Mi cuerpo dorado por el sol y el mar.
Las chicharras cantando hasta la puesta del sol.
El penetrante aroma del jazmín y la madreselva.
El mar cálido y cristalino.
Los baños en sus aguas.
Los paseos al atardecer.
El majestuoso Montgó.
Tú...

Así, así quiero ser, como un delicioso día de verano en la costa de Jávea.


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jueves, 9 de septiembre de 2010

"No hay puertas"


Con arenas ardientes que labran una cifra de fuego sobre el tiempo,
con una ley salvaje de animales que acechan el peligro desde su madriguera,
con el vértigo de mirar hacia arriba,
con tu amor que se enciende de pronto como una lámpara en medio de la noche,
con pequeños fragmentos de un mundo consagrado para la idolatría,
con la dulzura de dormir con toda tu piel cubriéndome el costado del miedo,
a la sombra del ocio que abría tiernamente un abanico de praderas celestes,
hiciste día a día la soledad que tengo.

Mi soledad está hecha de ti.
Lleva tu nombre en su versión de piedra,
en un silencio tenso donde pueden sonar todas las melodías del infierno;
camina junto a mí con tu paso vacío,
y tiene, como tú, esa mirada de mirar que me voy más lejos cada vez,
hasta un fulgor de ayer que se disuelve en lágrimas, en nunca.
La dejaste a mis puertas como quien abandona la heredera
de un reino del que nadie sale y al que jamás se vuelve.

Y creció por sí sola,
alimentándose con esas hierbas que crecen en los bordes del recuerdo
y que en las noches de tormenta producen espejismos misteriosos,
escenas con que las fiebres alimentan sus mejores hogueras.
La he visto así poblar las alamedas con los enmascarados que inmolan al amor
-personajes de un mármol invencible, ciego y absorto como la distancia-,
o desplegar en medio de una sala esa lluvia que cae junto al mar,
lejos, en otra parte,
donde estarás llenando el cuenco de unos años con un agua de olvido.

Algunas veces sopla sobre mí con el viento del sur
un canto huracanado que se quiebra de pronto en un gemido
en la garganta rota de la dicha,
o trata de borrar con un trozo de esperanza raída
ese adiós que escribiste con sangre de mis sueños en todos los cristales
para que hiera todo cuanto miro.

Mi soledad es todo cuanto tengo de ti.
Aúlla con tu voz en todos los rincones.
Cuando la nombro con tu nombre
crece como una llaga en las tinieblas.
Y un atardecer levantó frente a mí
esa copa del cielo que tenía un color de álamos mojados
y en la que hemos bebido el vino de la eternidad de cada día,
y la rompió sin saber, para abrirse las venas,
para que tú nacieras como un dios de su espléndido duelo.

Y no pudo morir
y su mirada era la de una loca.
Entonces se abrió un muro
y entraste en este cuarto con una habitación que no tiene salidas
y en la que estás sentado, contemplándome, en otra soledad
semejante a mi vida.

Olga Orozco


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