Soy el único en el mundo que puede encontrarla.
Sus brazos están cubiertos de brazaletes y de sus orejas penden largas pedrerías. Su cabellera ondula hasta el suelo.
Cuando la toque con mi varita mágica, despertará, y si sonríe las más bellas joyas caerán de sus labios.
¿Quieres, madrecita, que te lo diga al oído?
La princesa está en un rincón de nuestra azotea, allí donde está la maceta de la albahaca.
"La luna nueva". Rabindranath Tagore
Avalón...
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