Me he cruzado con él esta mañana. Desde lejos compruebo que me percibe como antaño. Con un gesto casi imperceptible en los ojos o en las manos nos entendemos. No hacen falta palabras entre él y yo. Nunca han hecho falta palabras. Ni ahora ni cuando se cogía de mi baby en el patio del colegio. Hace de esto mucho tiempo. Creamos un puente de color azul como sus ojos, que no se rompe con el paso de los años.
Sigo mi camino sonriendo complacida.
***