Hoy, un pequeño toque.
Unas horas de incertidumbre, de no saber, de preguntas entre las que se instala un vacío casi gris y en donde sólo cabe esperar y respirar hondo.
Un pequeño toque, "la vida no es eterna"...en cualquier momento, en cualquier esquina...
E inmersa en la niebla suspendida y silenciosa, observo retazos breves de otras vidas. Una dulce voz que me encoge muy adentro: "hola cariño, mamá está bien", un apartar la mirada para evitar cruzarme con el dolor de unos ojos que conozco bien, un trasiego de gentes y un via crucis de sombras heridas apuntalando los rincones.
Y yo, ¿soy yo también una sombra herida? me pregunto apoyada en la pared, sin empujar el tiempo, dejando que la neblina se vuelva densa entre mi cuerpo y la vida de afuera.
No he batallado nunca pero es seguro que, el cuerpo siente las mismas alertas que he sentido yo esta mañana, antes de una batalla.
Unas horas de incertidumbre, de no saber, de preguntas entre las que se instala un vacío casi gris y en donde sólo cabe esperar y respirar hondo.
Un pequeño toque, "la vida no es eterna"...en cualquier momento, en cualquier esquina...
E inmersa en la niebla suspendida y silenciosa, observo retazos breves de otras vidas. Una dulce voz que me encoge muy adentro: "hola cariño, mamá está bien", un apartar la mirada para evitar cruzarme con el dolor de unos ojos que conozco bien, un trasiego de gentes y un via crucis de sombras heridas apuntalando los rincones.
Y yo, ¿soy yo también una sombra herida? me pregunto apoyada en la pared, sin empujar el tiempo, dejando que la neblina se vuelva densa entre mi cuerpo y la vida de afuera.
No he batallado nunca pero es seguro que, el cuerpo siente las mismas alertas que he sentido yo esta mañana, antes de una batalla.
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