Creí que estaría de duelo por ti y que pondría en mi corazón tu solitaria imagen tallada en una canción de oro.
Pero, ay, aciaga suerte mía, el tiempo es breve.
Sería necio y vano, porque el tiempo es breve.
Venid, pues, lluviosas noches mías con pies menudos; sonríe otoño mío de oro; ven desatento abril, que esparces tus besos a lo lejos.
Y ven tú, y tú, y también tú.
Amores míos, sabéis que somos inmortales, ¿es prudente romperse el corazón por una que lleva lejos el suyo?
Es dulce estar sentado en un rincón cavilando y escribiendo en rima que tú eres todo mi mundo.
Es heroico abrazarse al dolor propio y decidir no ser consolados.
pero un rostro lozano se asoma a mi puerta y alza sus ojos a mis ojos.
No puedo sino enjugarme las lágrimas y cambiar la melodía de mi canto.
Porque el tiempo es breve.
"El jardinero". Rabindranath Tagore
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