Desde las cimas, así exulta la tierra


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Un día de noviembre

Siguen su curso los días de otoño. En las calles grises tan solo una lluvia persistente que el frío de noviembre acomoda en su regazo. ¡Qué apropiada esta música pulsada para estos días!

 
 

Leo Brouwer
 
 
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Sin ella, jamás habrías partido

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar  bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades de Egipto
para aprender y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ella, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado;
y así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

Ítaca

Constantino Cavafis


Ítaca es la voz que incita a salir, a continuar, volver o marchar. Arrastra en su llamada cambios,  agitación, movimiento, desestabilidad, cadencia, vibración... Es ponerse en camino.
Es ruta y es horizonte.

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"Perderse también es camino"

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El sur

...Cerca del Guadalquivir,
un patio y un limonar;
noche andaluza de abril,
oliendo a mirto el zaguán...

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Letra: Alameda
Música: Enrique Granados.

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Ocho mujeres, cuando evoco el sur.

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Noche

Otra noche indomable.

¡Qué bien aprendida tengo esta lección! No resistencia.

Como un barquichuelo de papel, con la quilla húmeda,  me voy dejando llevar hacia la orilla del día.

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Abro la ventana. Quiero ver llorar el cielo por mí

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Tu ausencia

El sonido de tu ausencia sabe de nuevo a sal; a sal de agua de mar y de lágrimas, a  atardecer y a luna rielando.

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de dentro

Me irradia de dentro...y se llama sosiego

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yo

...seguir el camino de tus manos grandes atravesándolo  suave...

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De repente

 ...te divisé, allá lejos, volando contra el viento.

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Viento del norte

A merced de un viento del norte que sopla  lejano, otoñal, increíblemente azul y oceánico, aunque viene vestido de una calidez dorada como el sol del estío.

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Lindes

Vagan los pensamientos por las lindes de mi cama... En aquel recodo, apoyado en la  tarde, ¿Dices que me esperas?

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Marea

Como la barca varada, esperando que suba la marea.

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Dos noms

Vessa la tardor dos noms. L'un és un vent que bufa de surest; l'altre és un somni que desafia l'onatge del temps.

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Babel

"Babel maravilhosa,  O Caminho de Santiago"

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En verano

...la distancia, el silencio, el olvido...

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Letanías

Me ayudan a conjurar....demonios.

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Equilibrio

El mar,  la luz  y el paisaje, tan mediterráneos, 

equilibran lo angosto del viaje con adolescentes,

sus noches interminables, artificiales, huecas.

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"Sigo trenzando flores..."

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