lunes, 30 de mayo de 2011

Luces


Abro el libro de Marzal. Primer poema.
Lo recito.
Hoy no me produce desazón e inquietud.
Simplemente me detengo
en las luces  de la noche de  afuera
y en las de mi noche de adentro.
Me resbalo, asombrada, por mi voz hasta acabarlo.




"Cálculos infinitesimales"

La luz de esas estrellas ya ha ocurrido.
En una lejanía inapropiada
para nuestra penosa sensatez,
ya han muerto las estrellas que miramos.
Millones de millones de años luz,
agujeros del tiempo inconcebibles,
la confabulación de la energía,
más allá de cuanto nos resulta soportable,
en una aterradora fiesta sin nosotros.
Todo el escrupuloso asombro de la ciencia
parece que conduce hasta este asombro
con que contempla el cielo un ignorante.
Según nos dicen, hay que seguir viviendo
cercados de preguntas sin respuestas.
Nuestras lentes exploran las galaxias
y nuestra pequeñez sólo es tangible
en el inmaculado abismo de los números,
en el sagrado horror
de cálculos infinitesimales.

¿Hacia dónde conducen estas cavilaciones
de aturdido astrofísico? Estas cavilaciones
no conducen. Estas cavilaciones ya han estado,
ya han sido desde mí en otro yo que ha muerto
en la distancia. Todo lo que refulge es luz marchita.
Ser es un fui que un no soy yo contempla
desconcertado desde un planeta ajeno.
La Historia y el futuro han sido para siempre
y acosan desde lejos, ya ocurridos.
La vida es la nostalgia incorregible
de habitar un rincón del firmamento
que sólo se ha erigido en el pasado
y cuyo planisferio hemos perdido.

Así que cuando te amo ya te he amado.
El dolor que te causo y que me causas
es un dolor tan viejo que no duele,
aunque puedas pensar que está doliéndonos,
y ese fuego eucarístico en el que me consumo
es un simple capricho de las cronologías,
un voluntario error de apreciación
con respecto al pasmoso suceder de las cosas.
Nuestra felicidad ya no nos pertenece,
vivimos de prestado en lontananza,
que es el inconcebible tiempo de las constelaciones.
La perpetua ordalía de tu cuerpo
es el altar de una ciudad hundida
en donde los ahogados de mí mismo
aún mantienen un culto que ha perdido a sus fieles.
El temblor de quererte, el estremecimiento
de coincidir contigo en esta nada
quizá es una ilusión de mi memoria astral.

Y el caso es que no importa.
No importa que no podamos ser, porque hemos sido;
no importa que en ti no pueda estar, porque ya estuve,
no importa si lo que ya ha acabado nunca nace.
Me incumbe la conciencia del álgebra celeste
y en lugar de alejarme de ti los números me acercan.
No puedo comprender esas distancias
y aunque las comprendiera no las vivo.
Hay una plenitud crepuscular
en la conspiración del universo
para que no nos encontremos tú y yo.
Ya no concibo una embriaguez más grande
que ese convencimiento con que irradias
la falsa luz de las estrellas muertas.

***





domingo, 29 de mayo de 2011

Equilibrio





El mar,  la luz  y el paisaje, tan mediterráneos, 
equilibran lo angosto del viaje con adolescentes,
sus noches interminables, artificiales, huecas.


***

 

sábado, 28 de mayo de 2011

Mi faro


Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
A los Lestrigones, a los Cíclopes
o al furioso Poseidón, nunca temas.
En tu camino no los encontrarás
si se mantiene elevado tu pensamiento, si una exquisita
emoción te toca cuerpo y alma.
Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,
ni al fiero Poseidón has de encontrar,
a no ser que los lleves ya en tu alma,
a  no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.

Ruega que sea largo el camino.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -
entres en puertos nunca antes vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finas mercancías
madreperla y coral, ámbar y ébano,
y toda suerte de perfumes sensuales,
tantos perfumes voluptuosos como puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
para que aprendas y aprendas de sus sabios.


Siempre en la mente has de tener a Ítaca.
Llegar allá es tu destino.
Pero no apresures el viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que ya viejo llegues a la isla,
rico de todo lo que hayas guardado en el camino
sin esperar que Ítaca te de riquezas.

Ítaca te ha dado el bello viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
No tiene otra cosa que darte ya. 

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado
sabio como te has vuelto con tantas experiencias,
habrás comprendido lo que significan las Ítacas.

***

miércoles, 18 de mayo de 2011

Dopo tanto tempo


Solo deberíamos sentir añoranza de aquello que existe y tenemos posibilidad de recuperar.

De este tipo de nostalgia son estos tres momentos adorables puccinianos:

"Che faranno i vecchi miei" de la Fanciulla del West




Ping, Pang, Pong. Turandot




Coro a bocca chiusa de Madama Butterfly





Tienen una nostalgia común y entendible: la ausencia de aquello que aman. Dos palabras clave: lontano y tornar.

¡Cómo me conmueven estos mineros de la Fanciulla y qué fragmento tan lucidor  para un barítono! Me conmueven más que los tres simpáticos ministros de Turandot. Resultan muy sugerentes las dos piezas para esa evocación del que se sabe lejos y "desea volver".

Musicalmente los mineros me remiten  al coro a bocca chiusa de Butterfly más  que Ping, Pang y Pong; será por los suaves arpegios del arpa, el bajo marcando el ritmo en ciertos momentos, el pizzicato y ese punto de tristeza que dan las tonalidades, a pesar de que en Butterfly las voces sean blancas y en la Fanciulla el coro sea masculino.

La añoranza en los tres casos, está envuelta en tul de lino y esperanza.

Sin embargo sabemos que en Butterfly esa añoranza se convertirá pronto en "tul de lino y dolor".


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sábado, 14 de mayo de 2011

"Ideale"

"Mentre aspetto..."



Io ti seguii com'iride di pace
Lungo le vie del cielo;
Io ti seguii come un'amica face
De la notte nel velo.

E ti sentii ne la luce, ne l'aria,
Nel profumo dei fiori;
E fu piena la stanza solitaria
Di te, dei tuoi splendori.

In te rapito, al suon de la tua voce,
Lungamente sognai;
E de la terra ogni affanno, ogni croce,
In quel giorno scordai.

Torna caro ideal, torna un instante
A sorridermi ancora;
E a me risplenderà, nel tuo sembiante,
Una novella aurora.

***


"sogno"

"É  un sogno lontano, lontano"



Ho sognato che stavia ginocchi
come un santo che prega il Signor,
mi guardavi nel fondo degl'occhi
sfavillava il tuo sguardo d`amor.

Tu parlavi e la voce sommessa
mi chiedea dolcemente mercè,
solo un guardo che fosse promessa
imploravi curvato al mio piè.

Io traceva e coll'anima forte
il desio tentatore lottò,
ho provato il martirio e la morte,
pur me vinsi e ti dissi di no.

Ma il tuo labbro sfiorò la mia faccia
e la forza del cor mi tradi
chiusi gli occhi,
ti stesi le braccia,

ma sognavo e il bel sogno svani.


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Francesco Paolo Tosti (1846-1916)
Carlo Bergonzi (tenor), 1924


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viernes, 6 de mayo de 2011

Poema 10





Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo. 


He visto desde mi ventana

la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.
Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.






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jueves, 5 de mayo de 2011

Presa


"Te vi por primera vez y quedé presa de tu encanto"

  Bonita frase para comenzar el día

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lunes, 2 de mayo de 2011

Peregrina


En la subida a S. Joan sobraron gentes y voces vacuas. Los senderos y los peregrinos, envueltos en niebla, demandaban, a gritos, un silencio sonoro de montes, de toques espaciados de campanas, de cantos ancestrales, de relinchos de caballo y de lluvia.

En la bajada a Les Useres, al día siguiente, desaparece el tiempo y este siglo. Discurres por edad incierta y reconoces a través de los trece peregrinos y sus rituales un sentido profundo y distinto de entender la vida.
En esas horas no existe  nada más que el camino y el contacto visual con trece episodios de tu vida y trece peticiones tuyas recortándose contra el cielo, arriba en las lomas.

Al dejarles, cuando  está cayendo la noche, vuelas al pueblo con  garra y fuerza, con tesón y valor, dolorida, y agotada,  agradecida, despojada, emocionada... porque has conseguido equilibrar la dureza del camino y la fuerza interior  que marca tus  pasos.



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