domingo, 28 de febrero de 2010

"Signore delle Cime"






Dio del cielo, Signore delle cime, un nostro amico hai chiesto alla montagna.
Ma ti preghiamo, ma ti preghiamo: su nel Paradiso, su nel Paradiso lascialo andare per le tue montagne.

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Santa Maria, Signora della neve, copri col bianco, soffice mantello.
il nostro amico, il nostro fratello. Su nel Paradiso, su nel Paradiso lascialo andare per le tue montagne.
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Per tú, Alfons, que vius i que avui has gaudit de la passió de la música i del cant amb nosaltres.

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viernes, 12 de febrero de 2010

"Vendrá la muerte y tendrá tus ojos"





Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, amada esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.

Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.

 
                                                    Cesar Pavese




Etorriko da zure soaz heriotza gor, logabe, alhadura zaharren gisa, goiznabarretik gauera alboan dugun ohidura zentzugabe bat bailitzan. Zure begiak alferrikako hitza izanik garraisi mutu, isiltasun oro isil, goiz bakoitzean aurkitzen dituzu adi ispilura begiratuz, ilun, hurbil. Jakinen dugu egun hartan, ohitxaropen! bizitza zarela eta ezereza, guztiontzat du heriotzak soa zorrotz bakar, mutu, leizera jetsiko gera.

Urratuko da ezpain hertsien keinua, aurpegi arrotza leihoaren ondoan, usadioen guneak desitxuratuz biluztasuna nagusitzen denean. Zure begiak argi grisaren errainu, mendi ilunen goizorduko izotza, esnatzearen dardara eta ikara kale hutsetik hurbiltzen zarenean. Jakinen dugu egun hartan, ohitxaropen! bizitza zarela eta ezereza, guztiontzat du heriotzak soa zorrotz bakar, mutu, leizera jetsiko gera.

¡Qué honda tristeza ver envejecer a los tuyos! ¡Y qué impotencia verles caer en las redes de lo inexorable!

A Pedro

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miércoles, 10 de febrero de 2010

Tu paso


"Mi liberación se convirtió en una invisible e indestructible esclavitud.



Mi esclavitud se convierte en cima ganada, desde la que oteo otros horizontes"

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martes, 2 de febrero de 2010

"La canción desesperada" Pablo Neruda

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.

Es la hora de partir. Oh abandonado!

Pablo Neruda, 1924




"Bien sé que fuiste un regalo"

 

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