jueves, 30 de diciembre de 2010

O

...quizá nuestros senderos se separaron... Pudiera ser, sin embargo,  que ... decidiéramos recorrer juntos el resto del camino y optáramos por regresar a Marruecos, buscar en Tánger una casa hermosa en el Monte Viejo... nos instaláramos en Londres. O en algún lugar de la costa del Mediterráneo. O en el sur de Portugal...
Nuestros destinos pudieron ser estos o pudieron ser otros del todo distintos...

"El tiempo entre costuras" María Dueñas.

Un nuevo año y con él un sin fin de posibilidades.
Deseos, elección, sorpresas...
Sea como fuere, imprevisible y asombrosa la vida. Seguro.


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viernes, 24 de diciembre de 2010

"And the glory of the Lord"

 

"Y la gloria del Señor será revelada"  (Isaías 40,5)


Coro.

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domingo, 19 de diciembre de 2010

Sostenuto


La melodía de la última partitura otoñal la acometemos plagada de notas silentes. Por un instante, recurrentes corcheas de alguna rapaz o fusas leves de hojas tras la brisa, salpicarán aquí y allá  los compases finales, poblados de silencios de blanca "sostenutos".





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jueves, 9 de diciembre de 2010

Tempo di Intermezzi





Amplitud, prolongación, preciosismo, rubato.

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"Intermezzo". Notre Dame
Franz Schmidt (1874-1939)


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viernes, 3 de diciembre de 2010

Andante moderato





En el Scherzo un impulso. En el Andante moderato amplitud, ensanchamiento y un despojarse de viejas vestimentas; ligereza  direccionada  arriba, arriba. En el inmenso Finale un armarse y salir obstinado. "Sal y muerde".
A eso ha contribuido también la "trágica" de Mahler.


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Cuatro movimientos: Allegro energico, ma non troppo; Scherzo; Andante moderato y Finale.
Gustav Mahler (1860-1911)



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martes, 30 de noviembre de 2010





"Por los pliegues de mi sueño los violines ondulan"

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"Intermezzo". Suor Angelica (1918)
Giacomo Puccini (1858 - 1924)


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jueves, 11 de noviembre de 2010

Vida


Más allá de este sueño
ya no hay nada:

territorio final
en el que permanezco confinado,
desde el que también sueño
hasta perder la memoria de mí mismo.

Cuando no sueño,
ese sueño sin sueños
es  —a secas— la vida.

"Último sueño".  Ángel González.


...te buscaré..."vida".


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domingo, 7 de noviembre de 2010

Regalo


¡Qué fortuna poder escudriñar los entresijos del Requiem de Mozart!




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jueves, 4 de noviembre de 2010

Vértigo otoñal



Me atrapa en su espiral días y días.
Inútil es que intente sortearlo o engañarlo para que no me atisbe. Inútil. Siempre me encuentra y me baja hasta donde mi alma acurrucada en un rincón llora y tiene miedo y frío.
 Me desgarra con pequeños toques.
Nos conocemos de tiempo. Debería recibirlo sin más, como a un viejo amigo indeseado que viene de visita a pasar unos días.
Pero apunta al mismo centro. No hay alivio posible.
Pasará, como siempre y conseguirá su propósito, como siempre.
Me asusta pero no me engaña.
Mientras tanto mi espíritu vaga por la superficie de mis sueños y quimeras, con episodios mágicos, esperando un momento redentor.


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lunes, 1 de noviembre de 2010

"Casi invierno"




Alamedas desnudas,
mi amor se vino al suelo.
Verdes vuelos, velados
por el leve amarillo
de la melancolía,
grandes hojas de luz,
días caídos
de un otoño abatido por el viento.

¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?

De los álamos vengo.

domingo, 31 de octubre de 2010

Baix l'ombra de l' anouer descanses

Baix l'ombra de la teua companyia i la teua amistat em viscut des de fa moltissims anys.
Baix l'ombra del teu somriure em aprés a apreciar la bondat, la dolçor i el equilibri.
Baix l'ombra del teu mirar has il.luminat el nostre quefer quotidià.
Baix l'ombra del teu record es recolzarem i continuarem baix l'alé del teu somriure, la teua dolçor i la teua companyia.

Tot etern amb nosaltres, tú per sempre.

Baix l'ombra de l'anouer descanses.

Baix l'ombra de l'anouer et recordem, amic.


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martes, 26 de octubre de 2010

Deletrea de Eritrea, princesa


En cuanto se termina una comida o se acaba un baile,
la princesa Deletrea de Eritrea se larga la primera y sube la escalera
de los mil escalones que lleva a los salones de la gran biblioteca.

Lee todo lo que encuentra: novela, poesía, cuento, filosofía y hasta las revistas del cotilleo.

Está escribiendo la historia de su vida, su biografía
(por el momento tres volúmenes de quinientas cincuenta y siete páginas).   

Anda en busca de unas gafas
con las que sus ojos no se fatiguen.
Sueña con días divididos por capítulos,
a los que ella podría poner título.
Se expresa con rimas, siempre habla en verso
y se sabe el diccionario de memoria.




Princesas olvidadas o desconocidas. Philippe Lechermeier y Rébecca Dautremer


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domingo, 17 de octubre de 2010

Volverá...

"Volverá la aurora
y tu noche triste
se llevará"

Habanera de Don Gil de Alcalá.
Manuel Penella.



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sábado, 16 de octubre de 2010

Y...




"los vientos otoñales pretenden arañar tu sombra inmutable"


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miércoles, 13 de octubre de 2010

Arriba

Arriba, en  "El sendero de los Muchos Nombres" luce todo su esplendor el otoño.






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jueves, 7 de octubre de 2010

Pandémica y Celeste

quam magnus numerus Libyssae arenae
................................................................
aut quam sidera multa, cum tacet nox,
furtiuos hominum uident amores.
Catulo, VII


Imagínate ahora que tú y yo
muy tarde ya en la noche
hablemos hombre a hombre, finalmente.
Imagínatelo,
en una de esas noches memorables
de rara comunión, con la botella
medio vacía, los ceniceros sucios,
y después de agotado el tema de la vida.
Que te voy a enseñar un corazón,
un corazón infiel,
desnudo de cintura para abajo,
hipócrita lector -mon semblable,-mon frère!

 Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo
quien me tira del cuerpo a otros cuerpos
a ser posiblemente jóvenes:
yo persigo también el dulce amor,
el tierno amor para dormir al lado
y que alegre mi cama al despertarse,
cercano como un pájaro.
¡Si yo no puedo desnudarme nunca,
si jamás he podido entrar en unos brazos
sin sentir -aunque sea nada más que un momento-
igual deslumbramiento que a los veinte años !
 Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
-con cuatrocientos cuerpos diferentes-
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.

Y por eso me alegro de haberme revolcado
sobre la arena gruesa, los dos medio vestidos,
mientras buscaba ese tendón del hombro.
Me conmueve el recuerdo de tantas ocasiones...
Aquella carretera de montaña
y los bien empleados abrazos furtivos
y el instante indefenso, de pie, tras el frenazo,
pegados a la tapia, cegados por las luces.
O aquel atardecer cerca del río
desnudos y riéndonos, de yedra coronados.
O aquel portal en Roma -en vía del Balbuino.
Y recuerdos de caras y ciudades
apenas conocidas, de cuerpos entrevistos,
de escaleras sin luz, de camarotes,
de bares, de pasajes desiertos, de prostíbulos,
y de infinitas casetas de baños,
de fosos de un castillo.
Recuerdos de vosotras, sobre todo,
oh noches en hoteles de una noche,
definitivas noches en pensiones sórdidas,
en cuartos recién fríos,
noches que devolvéis a vuestros huéspedes
un olvidado sabor a sí mismos!
La historia en cuerpo y alma, como una imagen rota,
de la langueur goûtée à ce mal d'être deux.
Sin despreciar
-alegres como fiesta entre semana-
las experiencias de promiscuidad.

Aunque sepa que nada me valdrían
trabajos de amor disperso
si no existiese el verdadero amor.
Mi amor,
íntegra imagen de mi vida,
sol de las noches mismas que le robo.

Su juventud, la mía,
-música de mi fondo-
sonríe aún en la imprecisa gracia
de cada cuerpo joven,
en cada encuentro anónimo,
iluminándolo. Dándole un alma.
Y no hay muslos hermosos
que no me hagan pensar en sus hermosos muslos
cuando nos conocimos, antes de ir a la cama.

Ni pasión de una noche de dormida
que pueda compararla
con la pasión que da el conocimiento,
los años de experiencia
de nuestro amor.
Porque en amor también
es importante el tiempo,
y dulce, de algún modo,
verificar con mano melancólica
su perceptible paso por un cuerpo
-mientras que basta un gesto familiar
en los labios,
o la ligera palpitación de un miembro,
para hacerme sentir la maravilla
de aquella gracia antigua,
fugaz como un reflejo.

Sobre su piel borrosa,
cuando pasen más años y al final estemos,
quiero aplastar los labios invocando
la imagen de su cuerpo
y de todos los cuerpos que una vez amé
aunque fuese un instante, deshechos por el tiempo.
Para pedir la fuerza de poder vivir
sin belleza, sin fuerza y sin deseo,
mientras seguimos juntos
hasta morir en paz, los dos,
como dicen que mueren los que han amado mucho.

Jaime Gil de Biedma (1929-1990)


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sábado, 2 de octubre de 2010

Vuélvete, paloma





Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma
al aire de tu vuelo, y fresco toma. 

Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos.

La noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.

Nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado.

A zaga de tu huella,
las jóvenes discurren el camino,
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo divino.

En la interior bodega
de mi Amado bebí y, cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía,
y el ganado perdí que antes seguía.

Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa;
allí le prometí de ser su esposa.

Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya solo en amar es mi ejercicio.

Pues ya sin el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido
que andando enamorada,
me hice perdidiza, y fui ganada.

De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas,
en tu amor florecidas,
y en un cabello mío entretejidas.

En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.

Cuando tú me mirabas,
tu gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en ti vían.

No quieras despreciarme,
que si color moreno en mí hallaste,
ya bien puedes mirarme,
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mí dejaste.

Cogednos las raposas,
questá ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.

Detente, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el Amado entre las flores.

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viernes, 1 de octubre de 2010

"El país de las hadas"

La princesa duerme, tendida en la lejana orilla de los siete mares infranqueables.
Soy el único en el mundo que puede encontrarla.
Sus brazos están cubiertos de brazaletes y de sus orejas penden largas pedrerías. Su cabellera ondula hasta el suelo.
Cuando la toque con mi varita mágica, despertará, y si sonríe las más bellas joyas caerán de sus labios.
¿Quieres, madrecita, que te lo diga al oído?
La princesa está en un rincón de nuestra azotea, allí donde está la maceta de la albahaca.

"La luna nueva". Rabindranath Tagore

Avalón...

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domingo, 26 de septiembre de 2010

Sinforosa, Martín y la Estrella.






Pasados unos cuantos km del desvío que conduce al Penyagolosa y a la vera de la rambla del río Montlleó, frontera natural entre Castellón y Teruel, se levanta el poblado de la Estrella.
Cuarenta y cinco casas, el ayuntamiento y la iglesia.
Habitantes: dos.


Sinforosa y Martín (Juan Martín) nos reciben amablemente esta tarde de domingo en el portal de su casa, una hospedería perteneciente al arzobispado.
Una morera blanca que señorea en la recogida y bonita plaza da sombra a todo aquel que se acerque a este apartado lugar.
Esta pintoresca placita acoge el ayuntamiento de 1739,  la iglesia de 1816, un murete de contención que se desliza hasta el río y dos hospederías de 1818.
Le añade el encanto a la plazuela el rincón donde tiende Sinforosa su ropa mojada,  la cuerda  desde la fachada de la iglesia hasta el muro y el correteo incesante de Estrella, una cazadora bretona de apenas dos meses.



Sinforosa tiene un precioso pelo blanco.
Aprendió a leer sola mientras cuidaba el rebaño.
"Aprendí con un libro antiguo, amarillo y viejo que pertenecía a mi madre"- me cuenta.
Me enseña con orgullo un cuadernillo donde anota sus cosas.

Tienen electricidad de motor y nevera que proveen cada 8 días. 

 Va vestida con  delantal, falda y una camiseta fucsia que le resalta su piel y su cabello: " Ya ve- me dice- es domingo y yo sin cambiarme".  


Ya ves , hoy domingo tarde y... ¡Cuánto ajetreo en la plaza con la veintena de gatos, Estrellita, Sinforosa,  Martín y una pareja de vecinos de Villafranca del Cid!

Leo: ...Leyenda negra, insólito paraje, silencio absoluto, poblado maldito, paisaje desolado y endiablado... 
En la pared lateral de la iglesia reza una inscripción: "Diluvio de La Estrella, 9 de octubre de 1883; 17 casas destruídas y 26 personas muertas".

En esta tarde de septiembre toda en gris percibo: reposo, amabilidad, invitación a compartir...donde el tiempo que conozco, ése que me ata, no cuenta.

La miro, me mira. Nos sonreímos las dos. ¿Cómo se llama eso?
Volveré.

Entre peñas se queda la Estrella con sus dos habitantes mientras nosotros volvemos a casa.


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jueves, 23 de septiembre de 2010

September





   SEPTEMBER                                           SEPTIEMBRE

Der Garten trauert,                                    El jardín está triste,
kühl sinkt in die Blumen der Regen.           la fría lluvia pesa sobre las flores.
Der Sommer schauert                                El verano tiembla
Still seinem Ende entgegen.                      dulcemente hacia su fin.

Golden tropft Blatt um Blatt Doradas,     Gota a gota, caen las hojas
nieder vom hohen Akazienbaum.         de lo alto de la acacia.
Sommer lächelt erstaunt und matt      El verano sonríe, sorprendido y cansado
in den sterbenden Gartentraum.         entre el sueño de los jardines que se mueren.

Lange noch bei den Rosen                           Largamente, entre las rosas
bleibt er stehen, sehnt sich nach Ruh.           se detiene todavía, desea el reposo.
Langsam tut er die (grossen)                       Lentamente cierra
müdgewordnen Augen zu.                           sus ya cansados ojos.  


Cuatro (2 de 4)




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martes, 21 de septiembre de 2010

Huerta

A escasos metros de mi portal estoy en plena huerta. Salgo a recorrerla a pie o en bicicleta.

"Cuando el verano exhala los últimos estertores engañosos de que, esta estación mágica, pudiera llevar implícita la condición de inagotable, disfruto, como siempre de los campos con mil variedades de verduras granadas que esperan pacientes la mano que las arrebate de la tierra, de los campos anegados a punto de recibir la primera plantación del otoño, el perfil casi mágico con la última luz de la tarde de los agricultores pulverizando los cultivos, los barbechos descansando , los olores a tierra húmeda recién movida por la azada del labrador, las casas de labranza diseminadas entre los huertos, el olor de un azahar tardío prendido, incomprensiblemente, de unos cuántos árboles que no sé qué pacto habrán establecido con la tierra, el clima y los vientos para mantener como un baluarte esa floración, el azahar, que por defecto, eclosiona y muere en abril y mayo; los dondiegos amarillos, rojos, naranjas, fucsias, blancos, matizados... los pájaros cantan y el agua corre alegremente por las acequias.

Escucho la música del agua a la vera del camino. El mar desde los puentes está hermoso, radiante, tranquilo y sereno, las montañas azules al fondo.
 El estío hoy lucha por no terminar.

 Reminiscencias de vuelo…eso siento entre las tierras de regadío, entre los pajarillos que pían la despedida del verano y los frutos madurando; entre olores de anís, jazmín y tierra mojada.

En plena madurez, como este final de verano, plena, serena, satisfecha, agradecida, dorada y espléndida….soy una mujer en dulce espera"


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