jueves, 30 de abril de 2009

Virginia Woolf

Otra… otra princesa ...

Ésta bajo las aguas del río Ouse en Rodmell (Lewes, Sussex). Ya no es ninguna niña pero descubro aún en ella rasgos de su juventud. Me pierdo contemplando su porte elegante, delicado y exquisito que choca con su mente y sus ojos atormentados.

A ti no bajo a acompañarte en la noche como a Ofelia, ni cabalgo cual rayo, en un atardecer inyectado de anaranjados como hacia Elisabeta. Tampoco anocheciendo en los lindísimos prados del condado de Cornualles sentada junto a Isolda o bajo la media luna de Selma.

 Hoy bajo al río a plena luz del día.

Es mediodía de sol en Lewes, el tiempo desechó los impertérritos días grises y entonó una brillante y fría jornada primaveral para honrarte conmigo. Me acerco a la orilla donde dejaste el bastón, tu melancolía me arropa mientras hablo contigo… "Me he perdido con “ La señora Dalloway ” durante meses y he quedado expuesta a que mi pensamiento sea analizado por ti en sus 12 horas diurnas….

”Y escuchabas voces", voces que no pudiste soportar por más tiempo ...como mi otra princesa, aquella que se marchó hace 8 años un día también de marzo, aquella que amé tanto, la única a la que me es tan doloroso acompañar y de la cual no puedo ni pronunciar su nombre.

Y tu tiempo, que es ahora mi tiempo, me espera en “ las olas

¡Cuánto escrito sobre ti! "

 


"…Ellas me buscan y me encuentran y yo las recibo, inesperada y sorprendentemente…."


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miércoles, 22 de abril de 2009

23 d'abril

LES ROSES RECORDADES

Recordes com ens duien
aquelles mans les roses
de sant Jordi, la vella
claror d’abril? Plovia
a poc a poc. Nosaltres,
amb gran tedi, darrera
la finestra, miràvem,
potser malalts, la vida
del carrer. Aleshores
ella venia, sempre
olorosa, benigna,
amb les flors, i tancava
fora, lluny, la sofrença
del pobre drac, i deia
molt suaument els nostres
petits noms, i ens somreia.


Salvador Espriu

23 d'abril...Dia Internacional del llibre i Diada de St. Jordi.



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lunes, 20 de abril de 2009

Collioure



RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Antonio Machado, 1906

“Querido maestro, quitaría todo aquello con lo que te han adornado en Collioure. Con respeto, pero lo quitaría.
Dejaría el granito ocre y desnudo sólo con tus versos, los que me hablan de tu grandeza, los que me hablan de tu inmortalidad”

Antonio Machado (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Collioure, Francia, 22 de febrero de 1939)


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martes, 14 de abril de 2009

Asturias


¡ Buen San Telmo,
que sabes de los furores del mar,
de las terribles rabias oceánicas,
de galernas y aquilones,
sé amigable y cordial con tus gentes de la Arena y S. Esteban que,
curtidos de sol y vientos ásperos,
van a exponer la vida todos los días
en la pesca de la sardina, del calamar, del atún!
*
Aleja las malas artes de los “espumeiros”,
y a la "racha" de mala intención,
apártala de la vela que empuja la barca
en que va el trabajador de las olas.
¡Sé propicio, buen San Telmo
de los fuegos eléctricos, a estos pobres hombres!
Tienen madres vestidas de telas viejas,
esposas flacas, hijos anémicos.
*
Rubén Darío





… frente a "los ojos oceánicos de los astures", yo no tengo experiencias "oceánicas". Mi mar es cálido, casi, casi cerrado, entrañable.... En contraste, el océano que llega a estas costas, inmenso, virulento, temible y temido, voraz… no, no sé como se vive frente a él.
Rubén Darío expone con crudeza el abrumador peligro que encierra el mar para las gentes que viven en su costa.

 A mí me sobrecoge y sólo puedo, en S. Juan de la Arena, unirme con él a esta plegaria.




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lunes, 6 de abril de 2009

Primavera





¡Impacta tanto en cualquier inesperada esquina el olor primero y aún no dulzón del azahar en estos primeros días de primavera!

Dentro de quince días el aire se dulcificará y tomará con las calideces primaverales el perfume intenso del azahar.
Lo encontraré por las mañanas al salir de casa, cuando está cayendo la tarde y de vuelta al anochecer;  y siempre, siempre cerraré los ojos para inundarme y perfumarme con su penetrante fragancia. ¡Ah, bendita tierra!

El azahar se adueña contundente del mes de abril. Lo toma como un amante. Vierte en él sus dulzuras. Lo acicala de aromas que van y vienen con la brisa ligera de la mañana, con el aire pesante del mediodía o con el vientecillo fresco del anochecer . Abril se deja poseer, radiante y confiado, abandonándose en sus brazos, mientras se deja adornar de blancura, brillantes verdes y miel.

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domingo, 5 de abril de 2009

Antífona

"In monte Oliveti, oravit ad Patrem: Pater si fieri potest transeat a me calix iste. Spiritu quidem promptus est, caro autem infirma: fiat voluntas tua!"


Antiphonen zur Palmweihe am Palmsonntage. Franz Schubert.

Este adagio, 2ª antífona en la menor de las 6 que escribió Schubert para el Domingo de Ramos cantado en tensión, como corresponde a las horas previas al "prendimiento". 
Expresa contundente el sufrimiento, el dramatismo y la intensidad del momento. El momento en el que uno es enfrentado a la muerte, el momento de beber el cáliz.
Sin embargo el final de esta pieza baja en una delicadeza tal que evita la desesperación, terminando conformada y magníficamente confiada.
 ¡Qué placer de ser cantada!


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