martes, 14 de abril de 2009

Asturias


¡ Buen San Telmo,
que sabes de los furores del mar,
de las terribles rabias oceánicas,
de galernas y aquilones,
sé amigable y cordial con tus gentes de la Arena y S. Esteban que,
curtidos de sol y vientos ásperos,
van a exponer la vida todos los días
en la pesca de la sardina, del calamar, del atún!
*
Aleja las malas artes de los “espumeiros”,
y a la "racha" de mala intención,
apártala de la vela que empuja la barca
en que va el trabajador de las olas.
¡Sé propicio, buen San Telmo
de los fuegos eléctricos, a estos pobres hombres!
Tienen madres vestidas de telas viejas,
esposas flacas, hijos anémicos.
*
Rubén Darío





… frente a "los ojos oceánicos de los astures", yo no tengo experiencias "oceánicas". Mi mar es cálido, casi, casi cerrado, entrañable.... En contraste, el océano que llega a estas costas, inmenso, virulento, temible y temido, voraz… no, no sé como se vive frente a él.
Rubén Darío expone con crudeza el abrumador peligro que encierra el mar para las gentes que viven en su costa.

 A mí me sobrecoge y sólo puedo, en S. Juan de la Arena, unirme con él a esta plegaria.




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