sábado, 3 de enero de 2009

"Volver a los diecisiete"


En torno a la mesa: una calurosa cena con los viejos amigos, las risas, la complicidad de siempre, una buena copa de vino, las canciones y los poetas...


VOLVER A LOS DIECISIETE

Volver a los diecisiete después de vivir un siglo
es como descifrar signos sin ser sabio competente,
volver a ser de repente tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo en este instante fecundo.

Se va enredando, enredando
como en el muro la hiedra
y va brotando, brotando
como el musguito en la piedra
como el musguito en la piedra, ay si, si, si.

Mi paso ha retrocedido cuando el de ustedes avanza,
el arca de las alianzas ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido se ha paseado por mis venas
y hasta la dura cadena con que nos ata el destino,
es como un diamante fino que alumbra mi alma serena.

Se va enredando, enredando
como en el muro la hiedra
y va brotando, brotando
como el musguito en la piedra
como el musguito en la piedra, ay si, si, si.

Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber,
ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia al momento cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente de rencores y violencias,
solo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.

Se va enredando, enredando
como en el muro la hiedra
y va brotando, brotando
como el musguito en la piedra
como el musguito en la piedra, ay si, si, si.

El amor es torbellino de pureza original
hasta el feroz animal susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos, libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros al viejo lo vuelve niño
y al malo sólo el cariño lo vuelve puro y sincero.

Se va enredando, enredando
como en el muro la hiedra
y va brotando, brotando
como el musguito en la piedra
como el musguito en la piedra, ay si, si, si.

De par en par la ventana se abrió como por encanto
entró el amor con su manto como una tibia mañana,
al son de su bella diana hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín al cielo le puso aretes,
mis años en diecisiete los convirtió el querubín.





Violeta Parra








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