"Sentada en la orilla, entre la hierba audaz que bordea el río, miro embelesada las flores que adornan tu delgado y majestuoso cuerpo. Hundo mis manos en las transparentes y tranquilas aguas que te envuelven y cerrando los ojos escucho el profundo silencio de tu eterna muerte.
"Yo, como Ofelia canto estrofas de antiguas canciones..."
Yo, como tú, trenzo guirnaldas de flores para evocar a mis muertos.
Algunas noches bajo a acompañarte y te acuno cálidamente con una cantata, frágil y delicada. Acomodo tus obsesiones, tu juventud, tus cantos, tu súplica, tu vida y tu muerte entre los míos, mientras mece, la suave brisa nocturna, tu interrogadora mirada y tus implorantes manos.
Entonces un último hálito sacude el tiempo y descansamos las dos en brazos de lo eterno".
***