domingo, 5 de agosto de 2012

Taj

 
 
 
La "Corona de Palacio" flota a lo lejos, irreal y vaporosa entre el cielo y la tierra. Detrás, el Yamuna le sirve de límite y horizonte eterno.
La mágica sensación me envuelve incluso antes de traspasar la Darwaza y sus versos del Corán,  como si aquella tumba de Mumtaz fuese la verdadera entrada al paraíso.


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