viernes, 7 de mayo de 2010

Me subí...





    Me subí la primavera a casa.

Trencé un ramo de flores olorosas y abrí las puertas de mi hogar al aire de mayo.
¡Que se lleve el ambiente enrarecido, denso y de espera que fue el del otoño! ¡O el clamoroso y frío del invierno! ¡Que no se olvide de la atmósfera tensa e hiriente del comienzo de la primavera!
Que entre la primavera por mi puerta y barra, sacuda y renueve... 

 La primera floración tiene mucho de frescura, sorpresa, sutileza, novedad, suavidad, delicadeza y blancura.
 Mas cuando en plena estación, cuajan y explosionan todos los aromas a un tiempo, parece como si el ambiente, todo él, fuese una cortina traslúcida que hay que apartar para avanzar, tan intenso se vuelve el aire en mi tierra.

 Pero... ¿y  yo? -me pregunto-. ¿Cuándo me levantaré yo vestida de primavera?
Y apaciblemente espero... 

Me subí la primavera a casa.


***