Cada director una interpretación; cada director "su mesias"
Juan Luis Martínez lo soñó impactante; Fabio Biondi, adornado de matices y Bicket lo desea textual y preciso.
Su máxima preocupación, el texto, la pronunciación correcta y el acento en las palabras fundamentales de las piezas del oratorio, donde se resuelve cada frase musical. ¿Por qué? Porque la música la compuso Handel para las conmovedoras palabras de los salmos y las citas del Antiguo y Nuevo Testamento. La finalidad, transmitir la Buena Nueva de la venida, el desprecio y burla hacia el Siervo de Yavéh, el dramatismo del Cordero degollado, la promesa de la resurrección y la alabanza final.
Así pues, deberá sonar rítmico, conciso, ligero, claro y grandioso.
Veremos.
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